En tiempos de crisis y emergencia, la participación digital se vuelve aún más crucial. Las plataformas en línea pueden facilitar la comunicación, la coordinación y la colaboración entre ciudadanos, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil.
Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, las herramientas digitales permitieron a los ciudadanos acceder a información vital sobre la salud, participar en encuestas en línea para evaluar el impacto de la crisis y coordinar iniciativas de ayuda mutua. Los gobiernos utilizaron plataformas digitales para comunicar medidas de prevención, rastrear la propagación del virus y distribuir recursos.
Sin embargo, la participación digital en tiempos de crisis también presenta desafíos. La desinformación y las noticias falsas pueden propagarse rápidamente en línea, generando
confusión y pánico. Es fundamental verificar la información antes de compartirla y promover el pensamiento crítico.
Además, es importante garantizar que las plataformas digitales sean accesibles para todos, incluyendo a las personas con discapacidades y a las personas que no tienen acceso a internet. Esto puede implicar la creación de líneas telefónicas de emergencia, la distribución de información en formatos accesibles y la colaboración con organizaciones comunitarias para llegar a los grupos más vulnerables.
Un ejemplo concreto es el uso de plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp para coordinar la ayuda humanitaria en situaciones de desastre. Los ciudadanos pueden utilizar estas plataformas para informar sobre necesidades urgentes, solicitar ayuda y coordinar la entrega de alimentos, agua y otros suministros esenciales.